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NI SÍ, NI NO
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NI SÍ, NI NO

Por Honorio FEITO
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honoriofeitogmailcom/12/12/18
domingo 29 de octubre de 2017, 15:00h
Si algún iluso pensaba que, tras el anuncio el sábado pasado de la puesta en marcha por entregas del artículo 155 de la Constitución, lo de Cataluña estaba en vías de resolverse, se ha equivocado. Se debería entender que una vez anunciada la medida por el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no cabe ya la vuelta atrás, pero resulta que no es así. Sigue existiendo un mensaje de advertencia hacia Puigdemont, una especie de invitación a la retractación, una exhortación para avenirse a razones que parece presidir este conflicto desde su inicio hasta el punto al que hemos llegado
Siguen existiendo diferencias entre los dos partidos con más representación parlamentaria, a la hora de aplicar el dichoso artículo 155, sobre la contundencia o no de tal medida. Entretanto, por parte de los sediciosos continua el desafío, el reto, la lucha, la pelea, el trance… busquen ustedes sinónimos que muestren el posicionamiento cínico de los que han desafiado al Estado. Es un pulso descompensado en el que mientras ellos, que son minoría, muestran ufanos su fanfarronada los que se suponen los nuestros dan cada día síntomas evidentes de dudas, de flaqueza evidente.

Y vistas así las cosas el mismo anuncio, el sábado pasado, de la aplicación, repito, por entregas, del artículo 155 ya indicaba las pocas ganas que el Gobierno de Rajoy tenía para su puesta en marcha. Primero porque el aviso, en lugar de aplicar de forma inmediata el artículo, establecía una vez más los plazos en un intento, otro más, de ver si Puigdemont volvía a la senda de la lógica y se apartaba del frenetismo viciado; y en segundo lugar, porque comprometerse a convocar elecciones en seis meses no garantiza que éstas se celebren con garantías. Da la impresión de que la aplicación de tales medidas, a pesar del respaldo mostrado por los líderes de la Unión Europea, en el teatro Campoamor, el viernes pasado, durante la entrega de los Premios Princesa de Asturias, es una patata caliente que quema las manos del Gobierno de Rajoy y también las del principal partido de la Oposición.

Una parte de la prensa europea ha comenzado a reaccionar ante la realidad catalana. No es mérito de nuestros ministros, ni del equipo de Gobierno. Tal vez de los corresponsales de tales medios que comienzan a darse cuenta de lo que está ocurriendo. O sea, la manipulación de videos, las denuncias falsas, la utilización de los niños en las escuelas, la mentira, en definitiva, sobre la que argumentan los sediciosos motivos para llegar a esta situación, no serán pruebas a tener en cuenta, aunque siempre habrá un entusiasta partidario de Podemos por esas capitales de Europa, que mantenga el discurso de la represión y de la falta de libertades, pero que callará ante el desmantelamiento industrial provocado por la bravata separatista, entre otras consecuencias.

No creo que Rajoy tenga previsto eliminar el veneno inoculado durante casi cuarenta años por la sociedad catalana, inyectado por los que han alimentado la sedición; más me inclino a pensar que a Rajoy no le gusta este baile, que ha tratado de hacerse el despistado para evitar salir a la pista y que los tiempos -¡ay!- los tiempos, han cambiado el ritmo y ya no se corresponden con los ciclos del calendario que él mismo dispuso cuando ocupó la Presidencia. Este impasse impuesto por Rajoy no es de la casa; recuerda a aquellos versos del poeta Melitón González, cuando la Guerra de África, durante el Protectorado, ante la posibilidad de acometer una operación que pusiera fin a las bajas españolas y con la cual fuera España capaz de imponer su control en la zona: Respecto de ir a Alhucemas/ el alto comi opinó/ a las catorce, que sí/ a las diez y seis que no/ Hoy en la prensa leí/ que a rectificar volvió;/ a las dos dijo que sí/ y a las tres dijo que no.

Según esa portavocía del secesionismo que es la Sexta, y citando fuentes del CIS, cuatro de cada diez residentes en Cataluña serían favorables a la separación de ésta Comunidad Autónoma de España. ¿Cómo piensa Rajoy arreglar esto?, desde luego no con la aplicación del art. 155 que ha dispuesto y menos aun convocando elecciones al Parlamento catalán en seis meses. Porque el mal, no nos engañemos, está precisamente en este dato, no sólo en que los líderes, que parecen tener patente de corso (ni Puigdemont, ni Junqueras, Ni Forcadell, ni Romeva, ni Trapero, ni sus Mozos, ni la CUP…han sido detenidos hasta el momento), se exhiban por ahí impostando sus voces para neutralizar cualquier leve amenaza que salga de La Moncloa.

Volver a la normalidad en Cataluña será cosa de mucho tiempo, de mucho tacto, de ideas claras, de contundentes medidas para garantizar la aplicación de la ley, de dejarse de paños calientes, de dejar de mirar para otro lado para evitar otro marrón… Pero Rajoy no nos ha dicho todavía qué planes contempla su Ejecutivo para resolver este asunto, cuya solución necesita un largo plazo, más de seis meses, y Sánchez, tampoco.
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